
No supe en ese momento que sería mi amiga
eterna, tampoco sabía que por designios de la vida en algún momento la dejaría
de ver. Y no se trata de muerte, Dunia es demasiado grande para morir.
Dos
océanos nos separan físicamente. Hace apenas unos días se fue sin mirar atrás,
o miró hacia atrás y con razón y en secreto se alejó de sus seres queridos.