Los legendarios Ella Fistzgerald y Louis Armstrong |
Pensaría mi mamá que
por haberme guiado a temprana edad por caminos de tandiús, punteos y giros, yo
debería amar con pasión desmedida a la danza.
Sinceramente lo hago, y aclaro, amo únicamente a la danza
moderna y contemporánea, pero con la música siento que florecen sensaciones
insospechadas dentro de mí.
A veces, cuando intento describir lo que siento al oír algo
que me gusta, digo a todos que es como si un hilo de corriente me entrara por
la punta de los dedos y me recorriera cada centímetro del cuerpo. Eso sólo me
sucede con la buena música.