martes, 20 de mayo de 2014

Una comunidad cultural entre montañas y sol



Existe un lugar en el Escambray de Cienfuegos reservado para la comunión perfecta del buen arte y los elementos naturales.
 Aire, agua, tierra y fuego, enriquecen cada día la creación de los residentes en la comunidad cultural Teatro de Los Elementos; grupo artístico creado en el año 1990 y que ocupa desde 1995 el asentamiento Jovero del municipio de Cumanayagua.
Como un pequeño laboratorio para las artes más diversas, los habitantes de esta “ecoaldea” fusionan clásicos de la escena universal con las experiencias de los pobladores locales.

Para ello, conviven entre montañas, arroyos y techos de guano, apropiándose de los valores más autóctonos del campo cubano.
La comunidad está integrada por 50 trabajadores, de ellos 12 teatristas que, mochila al hombro, recorren cada año los vericuetos del Escambray.
Grandes murales adornan las fachadas de las casas; obras de Zaida del Río y Nelson Domínguez engalanan los recintos y repletan las moradas de pavos reales, mujeres pájaros y tupidos follajes.
Al entrar un gran buda –retrato alegórico de José Oriol González, fundador del proyecto- saluda a visitantes nacionales y foráneos que encuentran allí el lugar perfecto para escapar de la rapidez citadina.
Un anfiteatro rodeado de bambú, obra de los mismos pobladores y artistas, resulta espacio mágico para escuchar voces que se repiten una y otra vez en el aire.
 También una escuela y una biblioteca adornan las 26 hectáreas de tierra que habitan.
 Las viviendas llevan nombres sui géneris y acordes a su localización o entorno, tales como: Viento del sur, Casa Verde y Las Nubes.
Poco a poco la comunidad crece y echa raíces, de tal modo que cada año celebran festivales con la participación de lo mejor del talento escénico nacional.
Aquellas primeras presentaciones en Jacksonville –hoy Cocodrilo en la Isla de la Juventud- o en Barrancas, sitio de inmigrantes haitianos en la provincia de Santiago de Cuba, forjaron la línea investigativa y el espíritu de este elenco artístico.
Lo más importante es rescatar la identidad cultural del cubano sin profanar los elementos creativos que proporciona una isla como esta.
La integración entre hombre, arte y elementos naturales, permite transitar hacia el redescubrimiento de rituales ancestrales que conservan la esencia del hombre como ser originario.
Con estas características cada morador se convierte en artista y en ente transmisor de historias y experiencias aprovechables para la representación escénica.
 Casi 25 años lleva cultivando Teatro de Los Elementos, lo más puro y selecto de la creación universal.
 Cada mañana, en la calma traviesa del lomerío crece el arte y se fortalece el deseo de ser la voz de la naturaleza.
 Transciende así la comunidad en el tiempo, como una suerte de laboratorio artístico para los amantes de la cultura que se cuela como rayo de sol entre montañas. 


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