Los legendarios Ella Fistzgerald y Louis Armstrong |
Pensaría mi mamá que
por haberme guiado a temprana edad por caminos de tandiús, punteos y giros, yo
debería amar con pasión desmedida a la danza.
Sinceramente lo hago, y aclaro, amo únicamente a la danza
moderna y contemporánea, pero con la música siento que florecen sensaciones
insospechadas dentro de mí.
A veces, cuando intento describir lo que siento al oír algo
que me gusta, digo a todos que es como si un hilo de corriente me entrara por
la punta de los dedos y me recorriera cada centímetro del cuerpo. Eso sólo me
sucede con la buena música.
Soy de una época
estrepitosa, de letras alocadas, vulgares y de ritmos mezclados hasta que no
existe patrón de referencia. Aún así, la epidemia que me ataca no es la de mi
tiempo.
Creo vivir atrapada en los años de Louis Armstrong, Ella
Fitzgerald, Ray Charles, Queen, Elvis Presley y otros miles de músicos foráneos,
con composiciones capaces de transmitirme sosiego, euforia y añoranza por una
etapa desconocida.
Los Van Van. Primera generación |
Pero no puedo
generalizar, porque al final resulto un gran ajiaco de gustos, en el que una
buena rumba de Yoruba Andabo o una de las míticas canciones de los Van Van pueden volver mi mundo al revés.
La música me
conmueve, así es. En momentos de tristeza me contenta, me levanta y me ayuda a
viajar, porque además, cada momento de mi vida o persona importante tiene una
canción asignada por defecto.
Bruno Mars |
Por ejemplo, cuando
pienso en mis padres me viene a la mente Juan Luis Guerra y la 440 con su
Niágara en Bicicleta. A mi hermana Diana la identifico con Ricky Martin y Luis
Fonsi, aunque creo que ella, al igual que yo, es una mezcla indescifrable.
Alain me llegó a través
de Alicia Keys, Pupy y los que Son Son, Havana d Primera (lo mejor de la música
popular cubana), Bruno Mars y David Foster.
Los recuerdos
universitarios me asaltan cuando escucho una Kizomba, o aquel mítico tema
Razones, de David Torrens que tantas veces bailé en el Mejunje de Villa Clara.
Y así sucede con cada
una de las personas que se acercan a mi vida. Siempre se van y me dejan una
melodía.
Havana d Primera |
No hay algo que me
relaje más que sentarme en el Prado de Cienfuegos y encerrarme en mi mundo con algunas melodías o ¿cómo olvidarlo?, pasar
horas frente a la televisión viendo Glee, serie estadounidense que considero
una de las mejores creaciones musicales para la pantalla chica de todos los
tiempos.
Portada de último de disco de Maroon Five |
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