La escultura la India de Guanaroca de Rita Longa |
Cienfuegos
es una elegante dama francesa, que ataviada con vestidos de olas, barcos y
gaviotas, vigila diariamente la costa sur-central de Cuba.
Esta excelsa fémina de larga edad, recibe
con gestualidad de reina a visitantes y amigos de diversas partes del mundo. Es
imperativo para ella, atender de modo galante a cuanto transeúnte desnude a
pie, sus calles antiguas.
Las formas concedidas por el hombre, bailan
en perfecta sintonía con la más agreste naturaleza. Bendecida en varios
aspectos, Cienfuegos luce imponente al caer la tarde, y las sombras que se van,
anuncian un anochecer memorable.
Pero antes de llamarse así, este lugar
mágicamente tocado por el salitre, era reconocido como la Villa Fernandina de
Jagua. Su historia se remonta al año 1819, en que un grupo de franceses
atinados, vinieron a poner su alma en este terruño.
A Don Luis de Clouet se le debe la voluntad
de hacer volar las palomas y dejar el legado de la fe, el trabajo y la unión.
Se le concede, además, la suerte de haber concebido en la otrora manigua, una
de las ciudades más organizadas de Cuba.
Cada 22 de abril, la renovada dama despierta
para encontrarse, –en la dimensión imaginaria de la historia- con su amado
fundador. El señor De Clouet vuelve a
desandar las calles y pone sus carpas donde mismo las situara en aquella época.
Sus palabras retumban en el aire que regresa
y los rostros de hoy resguardan las obras de ayer.
Es algo peculiar asistir -como en una
especie de película antigua-, al momento en que se inscribió esta dama en la
geografía de la Isla. Resulta significativo admirar su nacimiento.
Gracias a los artistas del territorio, cada
mañana de aniversario el parque José Martí, revive con exactitud el momento en
que 46 colonos galos crearon una perla.
En ese instante, la fémina de ojos azules,
manos blancas y pelo rizado como las olas, siente juguetear con las
tradiciones. Los actores del Centro Dramático de Cienfuegos, suspiran frases de
leyendas y transmiten a su público la verdadera génesis de esta pequeña patria
de pescadores.
Luego, con el paso de las palomas, lo que era
sensación se convierte en verdad y las almas quedan más seguras. Don Luis de
Clouet llega cada 22 de abril a la ciudad, para traerle flores a su amada.
Ella, presumida, limpia y orgullosa como
siempre, lo recibe con los brazos abiertos y un olor a viento, majagua y
marilope. Ella lo celebra, y a veces en juego cruel, decide encontrarlo en los
miles de hombres congregados en el parque Martí.
Cienfuegos cumple este 22 de abril 194 años.
Con ímpetu y serenidad la fémina saluda la longevidad y agradece los recuerdos.
En sus manos sostiene un amasijo de costumbres, leyendas y tradiciones.
Tranquila se sienta a mirar el mar y le
parece similar al de hace más de un siglo. No se apresura. Sus aires de dama
señorial trascienden el Sur y el tiempo de soñar no acaba nunca.
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