lunes, 7 de octubre de 2013

La era de los golpes y la autocensura



Convocan a reunión y decido no asistir. Por vez primera decido callar lo que pienso para no agitar el cielo y crear nubes negras. Sin embargo queda el vacío en el pecho. Mi vocación de periodista no me permite el silencio, pero en esta era de violencia y golpes, cedo a la corriente de personas mudas y ciegas.
Cuestiono mi función social en un ejercicio de auto-reconocimiento: ¿no es el reportero vocero por excelencia de todas las causas y la espada contra las injusticias?
 La respuesta encontrada no me satisface. Alguien dice: ¡Lourdes, déjate de boberías y no digas nada que nos vas a meter en problemas!