La legendaria Rita Montaner lo bautizó con su
nombre artístico allá por los años 30. La cabeza rapada y la tez negra, le
valieron el simpático sobrenombre que lo
consagraría como uno de los músicos más
geniales y carismáticos de la historia del pentagrama cubano.
Ignacio Jacinto Villa, conocido como “Bola de Nieve”, constituye uno
de los artistas más universales que ha dado la isla de Cuba.
Guanabacoa recibió su nacimiento hace
exactamente 102 años y de esa ciudad
-toda una amalgama de tradiciones populares-, absorbió la
personalidad creadora, bohemia y
picaresca que lo inmortalizaría más allá de las fronteras nacionales.
Desde su voz ronca pero profunda, interpretó
boleros, canciones de cuna y pregones auténticamente criollos, porque fue un acérrimo defensor de la cubanía.
Temas musicales como Mama Inés, Drume negrito
y Tú no sabe inglé, Vito Manué – poema de Nicolás Guillén musicalizado por
Eliseo Grenet-, constituyen hoy un mito de la cultura nacional.