A un ser
humano común, no le sería suficiente este lapso para marcar una época y
convertirse en referencia obligatoria dentro de la historia musical del
universo.
Sin embargo, Wolfgang
Amadeus Mozart, resultó capaz de mostrar a la humanidad el carácter divino
de su talento en este corto tiempo.
Reconocido
universalmente por sus excelsas composiciones, este prodigio llega hasta
nuestros días con el mérito de constituir uno de los músicos más amados,
escuchados y respetados en todo el orbe.
Nacido en
Salzburgo, Austria, el 27 de enero de 1756, Mozart evidenció desde pequeño una
suerte de genialidad, desbordada en cada acorde o armonía clásica que
interpretaba ante sus padres.